El sueño me da miedo
es un miedo horrible
un terror.
Dormir da calor
un calor de ultratumba,
sueños de ultramar
que saben a olas,
salitre sumergido
diluido en la línea del horizonte
diluido entre el cielo y el mar.
Le temo porque es inconmensurable,
inconmensurable sin más.
En el sueño vive el horror del infinito
que es un horror de arco iris,
un horror de sí vivir.
Pienso al dormir, pienso en tantas cosas…
y entonces me doy cuenta de que
no hay escapatoria,
(no hay)
no hay,
nadie huye de si mismo hasta que muere
ni de los demás hasta que muere
ni de Dios hasta que muere,
pero al cabo ni la muerte es una salida.
Me da miedo morir
porque es entrar al peor de los sueños,
a la mejor pesadilla,
la menos vívida,
la menos de verdad,
la menos real…
la peor.
2 comentarios:
22 de septiembre de 2009, 16:03
¿Por qué a nosotros, estúpidos animales de costumbre que somos los humanos, nos produce "horror vacui" cada cambio? Morir, como dormir, solo es un cambio de estado.
Poco importa el miedo que puedas sentir,
lo verdaderamente iportante es si construirás con él un trampolín o una muralla.
22 de septiembre de 2009, 21:06
"Le temo porque es inconmensurable,
inconmensurable sin más.
En el sueño vive el horror del infinito
que es un horror de arco iris,
un horror de sí vivir".
Me ha pegado tan hondo. Es que para mí en el sueño está realmente el "sí vivir", está lo real, está el inconsciente desatado aullando tus deseos y tus fantasías (aun las fantasías homicidas) - bien lo sabían los surrealistas y el Dr. Freud. Lo que nos rodea es un sueño, una ficción. Solo dentro del sueño estamos auténticamente vivos y "vemos" a quienes nos rodean. O quizá seamos íntegramente soñados, hijos de un sueño (como lo intuyó Borges en "Las ruinas circulares"). Un abrazo.
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