El sístole sin diástole ni dueño
Sabina
Ya solo amo en sueños
porque tengo partida la esperanza.
Ya solo amo en sueños
y a la hora más oscura de la noche,
cuando el único lucero
está tras mis párpados
y mi sístole se acompasa
al ruido de la luna
que gira, gira indiferente y redonda
en su órbita eterna y callada.
En mí bostezan sus sombras
y se arrebolan mis brazos
que ansían tomar y abrazar,
que hacen remolinos en la bruma negra
que son ellas
y al final que suplican, rendidos o alucinados,
echando lágrimas de pura sal
por la punta de los dedos;
¡es tan esquivo el amor, tan puñetero!
No quiere querer ser querido,
es un tránsito quieto de sueño a mal sueño,
y sobretodo, en la vigilia,
es una lanza de ónice larguísima
que te atraviesa entero el esternón,
una carga de dolor que siempre está
pero no sangra, una carga muda
que crece por dentro de las venas
a la que hay que resignarse o morir.
Porque el amor, como una procesión macabra
que llevase al Cristo verdadero,
percute, percute siempre en los tímpanos
de una forma extraña;
y en la cruz él parece vencido,
pero no lo está. No lo está.
2 comentarios:
3 de noviembre de 2009, 3:13
No, no lo está. Y uno vuelve a amar. Como Sísifo, cargando la piedra. Como cuando escribís, entregándote por completo en un ritual de inmolación y vampirismo, un auténtico acto sexual donde todas las tripas se revuelven y del que uno sale purificado y exhausto.
Me gusta, mucho, que esté el cuerpo en tu poesía. El tímpano, el esternón, los dedos. Que no le temas al cuerpo, sin metáforas.
Y los versos breves, contundentes, que te dejan sin aire. Y las imágenes, es decir, que pueda ver lo que escribís al mismo tiempo que lo leo, como si me proyectaran una película.
¿Y si todo fuera un sueño, como en Las Ruinas Circulares, de Borges? ¿Si todos hubiéramos sido soñados, en una "regressio ad infinitum" en la que no podemos hacer pie en nada?
Bueno, eso es Borges en estado puro. Todo (las religiones, los saberes), todo es una ficción, un intento de entender un mundo por definición inasible.
Yo, sin embargo, adhiero a lo que decía Octavio Paz: que el mundo puede aprehenderse en la creación amorosa y en la creación poética.
En esos clímax se penetra la piel del mundo y uno lo mastica como si fuera una estrella. Y eso no es sueño, no.
8 de noviembre de 2009, 13:00
No sé qué decir. Que sí a todo. Que ya has vuelto a decir el fondo de pensamientos míos con palabras que yo nunca encuentro.
Brindemos por Octavio Paz.
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