Sobre cómo pusieron las trufas de Ringo en medio de Abbey Road

Está Oh Darling, Octopus!, y luego I want you. Está ahí, en medio de dos canciones buenísimas, puesta a posta para cortar el rollo. ¿Será como la publicidad, para que la escuches también? Yo (y otra persona que se ha querido mantener en el anonimato por cuestiones personales) creo que la colocación debió decidirse más o menos de esta manera un día que Ringo estaba triste, y que se había pasado entero cabizbajo y pensativo.
“Tío, Ringo, qué te pasa?”
“Es que ponéis mis canciones siempre al final del disco. Creo que no me valoráis lo suficiente”
“Tío, Ringo, no llores”
“Lloro si me da la gana John”
“Mira, haremos una cosa, te las ponemos más arriba de la lista si quieres”
“No”
“¿No?”
“No”
“¿Pues qué quieres?”
“Las quiero arriba del todo, entre vuestras canciones que son la ostia”
“Um… Qué LINDA la idea, Ringo. Pero deja ese cuchillo de cortarse las venas en el cajón de Paul otra vez”

1 comentarios:

  PÁJARO DE CHINA

3 de noviembre de 2009, 3:24

Es muy posible. Es más, creo que Harrison puso las trufas solito, sin psicopatear con cuchillo alguno, porque era demasiado bueno. Será porque con el tiempo es casi mi preferido del cuarteto. ¿Y si hoy escuchamos "While my guitar gently weeps"? -salvo que estemos en estado de sensibilidad extrema, como para pedirle prestado el cuchillo a Ringo).

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