Pero es a veces más fácil alzar los puños, pues con las palmas extendidas te vuelves frágil ante el mundo.
Ánimo. ;)
(Hace unos años, cuando necesitaba ánimos, solía escuchar a Sylvie Vartan. Aunque, claro, yo soy chica.)
Anónimo
7 de marzo de 2011, 4:57
Talento de vivir. Empiezo a salivar esperando que lo actualices. Es un gran blog. Me tienes abandonada (personalizar no deja de esconder una gran carencia, lo sé).
Suena tópico pero poco a poco voy descubriendo que de hecho la fuerza se encontraba en lugares extraños. Extender las manos, recordándoles a todos esa sospecha; precioso. A Sylvie, de fondo, la imagino haciéndolo. Ah, sí, sí... Por descontado, por cómo canta. Seguro que lo hacía, estarás de acuerdo.
Ah, B. Talento de vivir es un blog complicado, cuesta mucho de llenar. Se pretendió mi hoja en limpio de lo vivido, pero ya sabes, siendo todo tan jodidamente atropellado fuera de casa cuanto más se tiene que decir (en un sentido amplio) menos tiempo y menos alma hay para hacerlo. Cada entrada una condensación; tiene sin duda algo de líquido. Yo, en secreto, ya presiento la siguiente, pero cada vez me dan más miedo.
Es cierto que aparece en lugares inimaginables, de formas inconcebibles.
He descubierto que la fuerza se yergue sobre espaldas flageladas y se alimenta de los ríos carmín que emanan tras el látigo; no hay crecimiento sin dolor, pero una vez cicatrizadas las llagas hace falta una fusta más poderosa para volver a herirnos y porqué no abrir las manos si ahora somos más poderosos. Estar dispuestos a recibir, aunque sea arriesgado.
(¿Puede ser que veas esto demasiado encharcado? En ese caso no me tomes en serio, hay días en los que las heridas de una retroceden en su proceso de curación).
Esperamos expectantes tu próxima líquida condensación... Todo el ánimo para escribirla, es verdad cada vez se hace más espinoso, menos tiempo, más densidad de los días... uno acaba exhausto...
para quitarme la tristeza de encima, como si fuera nieve, ahora mismo escucho a Sylvie Vartan versionando Le temps de l'amour. las manos abiertas, siempre, aunque se lastimen. el lamido del tacto es un cicatrizante que rivaliza con el tiempo. un abrazo fuerte.
8 comentarios:
7 de marzo de 2011, 4:54
7 de marzo de 2011, 4:57
Pero es a veces más fácil alzar los puños, pues con las palmas extendidas te vuelves frágil ante el mundo.
Ánimo. ;)
(Hace unos años, cuando necesitaba ánimos, solía escuchar a Sylvie Vartan. Aunque, claro, yo soy chica.)
7 de marzo de 2011, 4:57
Talento de vivir. Empiezo a salivar esperando que lo actualices. Es un gran blog. Me tienes abandonada (personalizar no deja de esconder una gran carencia, lo sé).
B.
7 de marzo de 2011, 10:18
Suena tópico pero poco a poco voy descubriendo que de hecho la fuerza se encontraba en lugares extraños. Extender las manos, recordándoles a todos esa sospecha; precioso. A Sylvie, de fondo, la imagino haciéndolo. Ah, sí, sí... Por descontado, por cómo canta. Seguro que lo hacía, estarás de acuerdo.
Ah, B. Talento de vivir es un blog complicado, cuesta mucho de llenar. Se pretendió mi hoja en limpio de lo vivido, pero ya sabes, siendo todo tan jodidamente atropellado fuera de casa cuanto más se tiene que decir (en un sentido amplio) menos tiempo y menos alma hay para hacerlo. Cada entrada una condensación; tiene sin duda algo de líquido. Yo, en secreto, ya presiento la siguiente, pero cada vez me dan más miedo.
8 de marzo de 2011, 10:46
Es cierto que aparece en lugares inimaginables, de formas inconcebibles.
He descubierto que la fuerza se yergue sobre espaldas flageladas y se alimenta de los ríos carmín que emanan tras el látigo; no hay crecimiento sin dolor, pero una vez cicatrizadas las llagas hace falta una fusta más poderosa para volver a herirnos y porqué no abrir las manos si ahora somos más poderosos.
Estar dispuestos a recibir, aunque sea arriesgado.
(¿Puede ser que veas esto demasiado encharcado? En ese caso no me tomes en serio, hay días en los que las heridas de una retroceden en su proceso de curación).
10 de marzo de 2011, 6:37
¿Y qué te parece levantar la picha en alto? Es otra clase de amor distinta y, sin embargo, sigue siendo un acto generoso.
12 de marzo de 2011, 5:45
Esperamos expectantes tu próxima líquida condensación...
Todo el ánimo para escribirla, es verdad cada vez se hace más espinoso, menos tiempo, más densidad de los días... uno acaba exhausto...
18 de marzo de 2011, 0:48
para quitarme la tristeza de encima, como si fuera nieve, ahora mismo escucho a Sylvie Vartan versionando Le temps de l'amour. las manos abiertas, siempre, aunque se lastimen. el lamido del tacto es un cicatrizante que rivaliza con el tiempo. un abrazo fuerte.
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